jueves, 15 de octubre de 2009

LA JUSTICIA UNIVERSAL EN ESPAÑA

Hace unos días la prensa española publicó la noticia de que la Audiencia Nacional ordenaba la detención internacional de tres nazis guardias de campos de concentración en el que murieron miles de judíos y presos españoles durante la Segunda Guerra Mundial.
Decisión totalmente loable que muestra el celo justiciero de la Audiencia Nacional española por impartir justicia a los asesinos y resarcir moralmente a los supervivientes de aquellos centros de exterminio.
La existencia de una Justicia Supraestatal imparcial es aún más un proyecto que una realidad. Una necesidad moral de una Humanidad más justa. Una utopía, necesaria para mantener viva la llama de la solidaridad humana. Porque hasta ahora el panorama que nos ofrecen los distintos Tribunales Internacionales es desolador. Los vencedores juzgan a los vencidos por los mismos delitos que ambos han cometido. Y lo hacen con gran alarde publicitario en los medios de comunicación social internacionales, erigiéndose en promotores y ejecutores de una nebulosa justicia que lejos de ser justa se convierte en una farsa.
Pero que la Justicia española dedique esfuerzos y dinero en perseguir y juzgar a tres octogenarios nazis parece una extravagancia cuando España todavía no ha resuelto "justamente" su más reciente pasado fratricida. La revisión de la Guerra Civil y la represión franquista no se ha realizado, y cuando , tímidamente, se ha intentado , poderosos clanes herederos del franquismo lo han impedido, y que se sepa ningún juez, salvo el señor Garzón liado en conflictos con su ego , ha ordenado investigar , no hablo de detener a responsables, las numerosas fosas comunes que los arcenes de las carreteras españolas encierran. Pero como suele ser habitual en este juez no se ha atrevido a dar los pasos precisos. El gobierno del señor Rodriguez Zapatero sacó adelante una muy recatada Ley de la Memoria Histórica destinada a dar algún tipo de satisfación moral a los descendientes de la represión franquista, ha sido incapaz de ponerla en práctica, porque una cosa es predicar y otra dar trigo, tal como acostumbra este gobierno .
¿No debería ser prioritario para la Audiencia Nacional resolver el reciente pasado español antes de meterse en corral ajeno?