lunes, 6 de julio de 2009

LECCIÓN CHILENA A LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA

Mientras en España la Ley de la Memoria Histórica naufraga en los despachos de jueces y fiscales poco proclives a que la sociedad española conozca los detalles de la represión franquista y su gobierno camina medroso sin saber a dónde ir ni por qué se ha puesto en marcha, Chile da pasos para limpiar su pasado represor y dar satisfación moral a las víctimas.
En España cada semana aparecen nuevas fosas comunes con fusilados de la posguerra civil. Se ha de suponer que los autores habrán muerto, por lo que no se trata de buscar responsabilidades individuales y sí, en cambio, de una restitución a los familiares de los restos humanos encontrados.
El derecho que tienen estos familiares a enterrar como crean conveniente a sus ancestros y a saber las circsutancias de su muerte debería primar sobre cualquier otra consideración, pero desgraciadamente no es así.
El franquismo pervive en ciertos círculos políticos, militares y sociales concretos, y se resiste a su revisión.
Por eso lo que viene sucediendo en Chile al autorizar un juez, Juan Eduardo Fuentes, la exhumación de los restos del cantautor Víctor Jara, asesinado durante los primeros días de la dictadura pinochetista, para aclarar si su muerte se debió a un sólo disparo o como consecuencia de un pelotón de fusilamiento es todo un ejemplo de justicia democrática. Al parecer las recientes declaraciones de un soldado de reemplazo testigo del asesinato han sido decisivas para reabrir la causa.
España es diferente.

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